[dropcap]V[/dropcap]einticinco activistas de Greenpeace ocuparon una bomba de gasolina de Shell en Suiza en protesta por las actividades de extracción petrolífera de la compañía holandesa-británica en el Ártico.
La protesta se hizo en el marco del Foro Económico, el encuentro anual de cientos de altos ejecutivos de las mayores compañías del mundo, realizado en Davos, en el que también participa el consejero delegado de Shell, Peter Voser.
Clara advertencia
Los activistas, provenientes de Alemania, Francia, Italia, Suiza y Sudáfrica se encadenaron a los surtidores para paralizar las operaciones y esparcieron por la gasolinera tres toneladas de hielo.
Asimismo, los activistas «adornaron» el recinto con un enorme oso polar sentado encima del hielo y con una pancarta en el techo que decía «El petróleo del Ártico: demasiado arriesgado».
[quote]»Los enormes riesgos que Shell enfrenta en el Ártico son malas noticias para los inversores, para el medio ambiente y para el clima en si mismo», señaló el director ejecutivo de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo, presente en Davos.[/quote]
Las protestas de Greenpeace contra Shell le han dado la vuelta al mundo.
Peligro inminente
«Después de un periodo de extracción en Alaska, que pasó de un incidente peligroso a otro, la compañía ha probado más allá de cualquier duda razonable que no puede operar de forma segura. Shell enfrenta una investigación oficial y un nivel de oposición pública que amenaza seriamente su marca», aseveró Naidoo.
«Ya es hora que la compañía eche una mirada a esta escabrosa experiencia en el Ártico y se plantee esta simple pregunta: ¿vale la pena arriesgar nuestra reputación mundial por esto?», concluyó el activista.
Greenpeace solicita al Foro Económico de Mundial, organizador del Foro de Davos, que mientras Shell continúe sus actividades de extracción en el Ártico sea suspendida como miembro de la institución.
Fuente: EFE, Agencias